Oscuro Claro

Voy a pensar bien y creeré que eres uno de esos jefes que cree que ejercer el control de su empresa con rectitud y mano dura sobre sus empleados es un buen modo de gestionar una organización. Probablemente cuentes con experiencia más que sobrada que justifique esa forma de actuar. Sin embargo, debo avisarte de que esa clase de liderazgo, que se encuentra entre los considerados destructivos, puede tener una serie de consecuencias que irán ligadas al trato que das a tus empleados.

[lobo_icon size=»fa-tn» icon=»fa-bomb» color=»» break=»float»] Las putadas no se crean ni se destruyen, se transforman

Cuando perjudicas a un empleado por tu forma de gestionar una empresa, no todo se termina en las consecuencias inmediatas de ese perjuicio. El empleado no se va a olvidar de eso, y de un modo u otro se canalizará ese daño, generalmente dentro de la organización. Eso puede reflejarse en aspectos como: que el empleado sustraiga bienes de la empresa para hacer justicia, que provoque un daño similar sobre otros compañeros, o incluso que paguen las consecuencias los propios clientes.

[lobo_icon size=»fa-tn» icon=»fa-bomb» color=»» break=»float»] No esperes que den la cara por la empresa

Un empleado que no se siente bien tratado no va a hacer el mínimo esfuerzo por proteger a la organización en el caso de que surja algún problema o ésta no se encuentre en un buen momento. Podrás pensar que te bastas contigo mismo para poder manejar la buena dirección de una compañía, pero no me negarás que resulta agotador. En cambio, contar con el apoyo de los trabajadores es un colchón que le permite estar mejor resguardado ante posibles adversidades. Ellos también forma parte de la empresa, y es absurdo provocar que estén en contra de ella por culpa de tu afán de controlarlo todo.

[lobo_icon size=»fa-tn» icon=»fa-bomb» color=»» break=»float»] Algún día probablemente dejen el trabajo. Cuando lo hagan, hablarán

Hace unos años no era algo que debiera preocuparte demasiado: las quejas no podían transmitirse más allá de alguna carta al director de un periódico. No había demasiada trascendencia. Sin embargo, ahora, igual que las opiniones de los clientes tienen un valor muchísimo mayor que el de pocos años atrás, también lo tiene la incidencia de las opiniones negativas de los ex-empleados de una empresa. Si tratas mal a tus trabajadores lo va a saber todo el mundo, y el efecto tanto sobre posibles contrataciones como sobre captación de clientes va a ser siempre negativo.

[lobo_icon size=»fa-tn» icon=»fa-bomb» color=»» break=»float»] No te van a regalar nada

No esperes que te perdonen un solo error que puedas cometer. Tampoco esperes condescendencia por su parte  si algún día os toca llegar a algún acuerdo económico para finiquitar una relación laboral. No se te perdonará ni un céntimo, y no habrá reparos en denunciar a tu empresa si es necesario. No te quieren.

[lobo_icon size=»fa-tn» icon=»fa-bomb» color=»» break=»float»] No, su rendimiento no mejora

Con ese tipo de conducta puedes llegar a conseguir que el empleado vaya haciendo lo que le mandes. Sin embargo, la plusvalía que tienen muchas empresas que se dirigen con modelos donde el buen trato al empleado es clave es que muchos trabajadores, a modo de agradecimiento, acaban dando más de lo que les pides. Ese plus de motivación nunca lo encontrarás utilizando métodos punitivos.

Ahora ya estás avisado. En tus manos queda evaluar si debes cambiar la forma de hacer las cosas.

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