Oscuro Claro

En breve publicaremos en Criminología y Justicia el que será ya el quinto número de nuestra revista electrónica, y que contará con cuatro artículos. En primer lugar, la psicóloga forense y especialista en análisis e investigación criminal Sandra Vázquez Barbosa presentará un artículo en el que abordará la relación entre los trastornos de la personalidad y la violencia de género. Siguiendo con la violencia de género, Miguel Ángel Martínez, director de prisiones en Valencia, focaliza su atención en la reincidencia de los agresores de pareja. Ya desde el otro lado del charco, dos artículos más. Uno del criminólogo mexicano Wael Hikal, quien en nos presentará en su artículo «Perfil patológico del criminólogo-criminalista mexicano: propuesta para un cambio», en el que aboga por un cambio de perspectiva sobre la figura del criminólogo en México, del que afirma «han venido a convertirse en: los más llamativos e inútiles profesionistas en México, la criminalidad no disminuye, no existe liderazgo por parte de estos, abunda el fanatismo e individualismo exagerado».  Finalmente, también desde México, os traemos otro artículo elaborado por los investigadores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas Juan José Martínez Bolaños, Hugo Alberto Vázquez Hernández, Aldo Cedano Morales, Karla Villarreal Sotelo, José Ariel Retana Cantú, quienes abordan la problemática de las pandillas juveniles en la ciudad de Reynosa, en el estado de Tamaulipas. 

En otro órden de cosas, me gustaría reseñar un par de apuntes importantes sobre el libro que editamos recientemente, bajo el título «Abuso sexual en niños y adolescentes». Como ya comentáramos, es la primera de nuestras publicaciones que editamos en digital y en papel, y que espero que muchos de vosotros estéis leyendo en estos momentos aprovechando la promoción que sacamos hace unos días. Pero además, con las ventas del mismo se estará colaborando precisamente a luchar por la causa que expone el libro. Así, todos los beneficios genere el libro irán destinados a la asociación Anhimat, fundada entre otras personas por la misma autora del libro, Maribel Martínez Pérez. Aunque en el libro no publicamos su curriculum completo, os recomiendo fervientemente que le echéis un vistazo a través de este enlace. Como veréis es bastante atípico, pero probablemente sea uno de los más auténticos que os habréis encontrado nunca.

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UB y ISPC siguen sin tener en cuenta la opinión de los criminólogos

Hace ya unos meses hablaba de la intención de la Universidad de Barcelona de implantar, en conjunto con el Institut de Seguretat Pública de Catalunya, un nuevo grado en seguridad que podía provocar un agravio comparativo importante en Cataluña sobre el colectivo de criminólogos. Como ya sabréis muchos de vosotros este hecho provocó más revuelo que el que esperaban desde las instituciones mencionadas, tras destapar la Asociación Catalana de Criminólogos el caso. Se llegaron a mantener reuniones con las diferentes asociaciones de criminólogos de Cataluña, y incluso se realizó una recogida de más de 1200 firmas en contra del grado de seguridad, que se entregaron recientemente al ISPC, y en cuya reunión les pidieron que esperaran a ver el plan de estudios antes de juzgar el grado en seguridasd.

Sin embargo, al final está visto que hacen lo que le sale de los cojones, que para algo los tienen bien grandes. Ni cortos ni perezosos, hace dos días ISPC y UB firmaban el convenio que oficializaba la impartición del grado en seguridad para el año 2014-2015, incumpliendo sus propias promesas, y corriendo un tupido velo sobre toda la polémica habida durante estos últimos meses.

Con la intención de revisar todo lo que se vino diciendo desde la UB para calmar los ánimos, quise revisar el documento que el decano de la facultad de derecho Enoch Albertí había dirigido a la comunidad de estudiantes de criminología y donde tachaba a la Asociación Catalana de Criminólogos de dar información falsa y absolutamente injuriosa. Accedí al apartado de novedades del grado de criminología y cliqué en el tercer enlace:

Pero cual es mi sorpresa que lo que me encuentro a continuación es la siguiente pantalla:


Nada, que parece que han borrado el documento. Pero como ya en su momento tenía la sospecha de que era algo que podía suceder, hice bien en guardarme una copia de tan valioso documento ;-) , que he subido a Google Drive para que no quede en el olvido. Realmente no tiene desperdicio. Me quedo sobretodo con el último párrafo, que reproduzco a continuación:

 

Les properes setmanes aquest Deganat informarà de primera mà al Consell d’Estudis de Criminologia de tots els temes que en aquest document han estat anunciats. Entenem que una informació parcial, inexacta i en molts extrems tergiversada i falsa com la que ha estat difosa per l’ACC, hagi pogut causar inquietud entre els estudiants de l’actual Grau. Però no hi ha motiu per l’alarma. Seria suïcida per la Facultat actuar contra ella mateixa. En aquest sentit, és completament fals i injuriós que “la Universitat de Barcelona hagi pactat acabar amb les oportunitats laborals dels criminòlegs”, com demagògicament s’hi afirma. Ans al contrari: no només no amenaçarem els estudis de Criminologia sinó que farem tot el possible per millorar-los i enriquir-los. Estem convençuts que el nou Grau en Seguretat no posarà en perill cap de les possibles sortides professionals dels criminòlegs en el món de la Seguretat, ni pública ni privada.

 

[Las próximas semanas este Deganado informará de primera mano al Consejo de Estudios de Criminología de todos los temas que en este documento han sido anunciados. Entendemos que una información parcial, inexacta y en muchos extremos tergiversada y falsa como la que ha sido difundida por la ACC, haya podido causar inquietud entre los estudiantes del actual Grado. Pero no hay motivo para la alarma. Sería suicida para la Facultad actuar contra sí misma. En este sentido, es completamente falso e injurioso que la “Universidad de Barcelona haya pactado acabar con las oportunidades laborales de los criminólogos”, como demagógicamente se afirma. Al contrario: no solo no amenazaremos los estudios de Criminología sino que haremos todo lo posible para mejorarlo y enriquecerlos. Estamos convencidos de que el nuevo Grado en Seguridad no pondrá en peligro ninguna de las posibles salidas profesionales de los criminólogos en el mundo de la Seguridad, ni pública ni privada.]

 

De todo lo mencionado por el decano, nada se ha demostrado hasta ahora. No se ha presentado hasta ahora ni  un solo documento oficial sobre el plan de estudios previsto (ni siquiera el esbozo), ni se ha informado correctamente sobre los temas que se anunciaban en el comunicado, ni se ha demostrado con hechos que la ACC se equivocaba en lo que decía. Si fuera estudiante de criminología de la UB, estaría de todo menos tranquilo, y con motivos fácticos para la alarma. La ignonimia con la que han sido tratados los criminólogos desde que se hicieron públicas las intenciones hasta ahora es de traca. ¿Cuántos acuerdos han alcanzado hasta ahora UB y ISPC que favorezcan a los estudiantes de grado de criminología? ¿Son conscientes de que las expectativas laborales de una gran parte de estudiantes de criminología se encuentran dentro de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado? ¿Qué han hecho por mejorar y enriquecer los estudios de criminología? ¿Cuál es la información parcial, inexacta y en muchos extremos tergiversada y falsa que se ha dado hasta ahora en torno al grado en seguridad? Dígannos la verdad: ¿Cuáles son las verdaderas intenciones por las que se implanta este grado?

 

Si tienen respuestas a todas estas cuestiones, parece que poco les importa que se conozcan. Toman ejemplo de la doctrina política dominante de guardar silencio y tirar para adelante hasta que la gente se olvide del conflicto.

 

Por eso los acuerdos se firman siempre en periodos vacacionales.  

 

P.D: Algunos han criticado que me entrometa en un asunto que no me compete. La respuesta es que sí me compete desde el momento en que se trata de una cuestión en la que las partes implicadas son todas ellas instituciones públicas. Que nos hayan querido educar para que no metamos las narices en aquéllo que no nos afecta directamente no significa que como ciudadanos no tengamos esa posibilidad (y de hecho, debiera ser un deber) de ejercer el control sobre nuestras organizaciones. 

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