Oscuro Claro

Hace unos días Cristina Llorente (Arquitectives), impulsora del movimiento Estoesunabiblio, y un servidor elaboramos una reflexión mezcla de arquitectura, criminología y participación ciudadana en torno a la evolución que estaban siguiendo las bibliocabinas instaladas en Palma que se acaba de publicar en Urban Living Lab.

Más concretamente se trata de una búsqueda de las razones por las que se estaban dando tantas trabas, con Emaya primero, y posteriormente con la obcecación de Movistar España por impedir que un movimiento ciudadano triunfe, después.

Llama la atención que no sorprenda que la calle esté cada vez más en manos privadas, que nos acostumbremos a la invasión de espacios públicos, pero que cuando la ciudadanía reclama un lugar para él se encuentre con tantos problemas. Todo ello es extrapolable a los problemas constantes con los que tienden a encontrarse los movimientos locales, las asociaciones y los casales de barrio, que hasta ahora han contado con un nulo apoyo institucional, a pesar de resultar fundamentales en el movimiento integrador de una localidad.

Puedes leer el artículo completo aquí.

Si todavía no has firmado la petición para poder usar las cabinas como aquí espacios de intercambio de libros puedes hacerlo aquí.

También puedes ver el reportaje que emitio IB3 el pasado lunes en torno al fenómeno de las bibliocabinas aquí (a partir de 1:02:30).

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