«para no entrar en otro debate moral sobre si se merecen o no dicho sopapo en la parte baja del cogote, en lugar de agredirles físicamente lo haremos intelectualmente: con estudios que desacrediten las mentiras del político, para que el vecino, el panadero y el abuelo dejen de regalarle sus votos, la población penitenciaria deje de aumentar, y el periodista no cometa el gravísimo error de publicar que el país X tiene mayor delincuencia que el país Y. Todos ganamos, menos el político, al político que le jodan.»
David Buil, Contra el populismo: collejón criminológico, Criminología y Justicia 2013