Hoy he leído con atención dos noticias que, aunque tienen en común que se pueden englobar dentro de la violencia laboral, deben explicarse o enfocarse en términos muy diferentes.
La primera noticia es la de las agresiones sufridas por algunos directivos de Air France cuando estaban anunciando el plan de reducción de personal que estimaría el despido de 2900 trabajadores. En este caso, nos encontramos ante una violencia que surge de un problema eminentemente estructural, donde la magnitud del ajuste de personal que efectúa la empresa genera un ambiente de tensión muy elevado entre los trabajadores, que han sorteado las barreras de seguridad de acceso a la reunión. Si nos ceñimos a la concepción que tienen Baylós Grau y Pérez Rey del despido como acto violento de una empresa, podemos entender que una reestrucuración donde una cantidad de personas tan elevada se ve afectada implica mayores posibilidades de que se genere un conflicto que derive en incidentes violentos, como ha sido en este caso.
Otra noticia muy diferente y que ya hemos abordado en otros posts es la publicada por Eldiario.es (vía Juan Carmelo Monge), donde se hacen eco de la violencia sufrida en el Hostpital de Cruces en Euskadi. Según las cifras registradas, en dicho centro se produjeron poco menos de 400 agresiones, pero a buen seguro son muchas más las que que no fueron notificadas. De los testimonios recogidos por el artículo hay uno que me apena en especial, y que pone de relieve todo lo que conlleva que un trabajador sufra un episodio de violencia sobre todo cuando esa persona es un cliente/consumidor/paciente. Así, una enfermera afirma que «No denuncié porque me sentí amenazada. Lo peor era saber que mi agresor era también mi paciente y yo seguía teniendo la obligación de atenderle. Desde entonces soy otra persona. Ese episodio marco un punto de no regreso en la ilusión por mi profesión«. Esta última frase es terrible por lo que implica: una persona que tenía vocación y ilusión por su profesión, la pierde por completo debido a un episodio de violencia sufrida a manos de un paciente. Estos episodios de violencia dentro de este hospital podrían explicarse debido a deficiencias en la gestión (falta de personal para atender la demanda de los pacientes), y a la ausencia de un protocolo de seguridad que permita prevenir este tipo de incidentes violentos.
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