Corre cierto rumor a través de algunas redes sociales y vía e-mail sobre un nuevo método utilizado por violadores para atraer a sus víctimas. Según la historia, el violador utiliza a niños que en plena calle simulan llorando haberse perdido, pidiendo a la víctima que le lleve a su casa. Pero, según se explica, en realidad dirige a la víctima a la casa del violador para que éste pueda retenerla con mayor facilidad. A la vez, se exhorta a aquellos que se encuentren con un niño llorando en la calle a que lo lleve a la policía, nunca a su domicilio.
Pues bien, este “nuevo” método viene circulando como mínimo desde 2005, apareciendo diferentes versiones de la cadena hasta el día de hoy. En algunas de ellas se implicaba a departamentos de policía como denunciantes de ese método, o agencias de noticias, pero todos ellos desmintieron el anuncio, como podéis ver aquí , aquí, aquí o aquí.
Cuando un rumor se extiende de este modo, sufriendo modificaciones en torno a las fuentes y a la versión de la historia a lo largo del tiempo,la probabilidad de ser una leyenda urbana es prácticamente del 100%. Si tenemos dudas sobre la veracidad de lo que se nos dice, lo mejor es acudir a la fuente original, si se cita alguna, y contrastar si se habla de ello. También se puede comprobar si en las hemerotecas de los medios de comunicación se conoce algún caso real en el que se haya cometido el crimen del mismo modo. Los buscadores web son nuestros amigos en la labor.
Las cadenas de mails, en su extensión a redes sociales como un “copia y pega esto en tu muro”, han demostrado hasta ahora tener un grado de fiabilidad cero respecto a la historia que explican. Entre los casos míticos en España se encuentra ese falso artículo de Arturo Pérez Reverte en el que animaba a los españoles a rebelarse contra el gobierno. En mi caso, lo recibí bajo el título “creo que es de Perez Reverte”. Lo peor de todo es que la autoría de la carta era fácilmente identificable, ya que había sido publicada en el año 2010 en el Diario de Navarra a nombre de Jesús Sanz Astigarrarga, Pero el ser humano es hombre de fe, y Pérez Reverte estuvo llevándose todo el mérito durante mucho tiempo.
Piénsalo bien antes de spamear y compartir estas leyendas urbanas con tus amigos, pues nunca sabes cuales pueden ser los intereses ocultos y/o fraudulentos detrás de éste tipo de cadenas.
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