Oscuro Claro

Sin ánimo de entrar en una guerra abierta contra el PDF, pienso en el trabajo que nos va a tocar realizar a partir de ahora con todo ese contenido que hemos estado tantos años pasando a ese formato. Es evidente que no está preparado para los nuevos modos de lectura, y, salvo milagro, su destino es caer en la marginalidad a medida que los dispositivos electrónicos de lectura o e-Readers y las tablet sigan extendiéndose entre la población.  

Como consecuencia, nos dejan una cantidad ingente de contenidos escaneados ilegibles a la práctica, otros tantos solo disponibles en ese formato que presentan innumerables dificultades para editar en los nuevos formatos (por suerte existen herramientas que facilitan ese traspaso, pero requieren bastante tiempo y conocimiento de las mismas), y otros tantos que se encuentran protegidos con DRM o similares y que entorpecen enormemente el proceso de conversión. 

Una de mis mayores preocupaciones se centra en el casi infinito catálogo de artículos académicos, disponibles principalmente en PDF (aunque plataformas como Elsevier o SageJournals ya empiezan a hacer el trasvase a la lectura online en la misma página web en html). Como formato cerrado quedaba visualmente bien, pero cerraba la posibilidad de editarlo en caso de ser necesario en el futuro. Pues bien, ese futuro ha llegado ya. Y lo que tenemos es, ahora mismo, algo que en realidad no se diferencia en exceso de una imagen en .JPG. No se puede modificar, no se puede editar, ni cambiar el tamaño de letra, ni las páginas, ni los márgenes, ni el índice, no se puede hacer nada de lo que es necesario para realizar el cambio. Tendremos que volver a pasarlo todo de mano a máquina, incluso cuando ya lo habíamos hecho antes.  

Portales de indexación de artículos como Dialnet, donde se ha dedicado mucho tiempo a subir PDF van a necesitar una renovación absoluta de sus portales si quieren mantener el status mantenido hasta ahora. A lo sumo, si no realizan el cambio continuarán siendo útiles a nivel de búsqueda bibliográfica, pero no como espacio donde encontrar artículos para su lectura como se venía planteando en los últimos años, ya que a la mayoría de usuarios se les presentará como un modelo incómodo de lectura. 

Nos va a tocar, si queremos que muchos de los contenidos digitalizados hasta ahora no caigan en el olvido, volver a reeditarlos. Aquellos que hayan conservado sus contenidos en otros formatos editables (.doc, .rtf, html, txt…) podrán realizar el cambio sin problema, pero los que únicamente han guardado sus publicaciones en PDF van a necesitar muchas horas extra para volver a situar sus publicaciones y libros en la red nuevamente. 

La duda es ¿No tendríamos que haberlo pensado antes? Está claro que un PDF no es un contenido pensado para la red, sino más bien para su propósito inicial, que era la posterior impresión. Estaba planteado desde el formato físico de lectura, como indica el uso de la paginación,márgenes…Creo que es un descuido lógico dado que hasta ahora la lectura se ha planteado siempre desde lo analógico, pero ello implica que sea ahora cuando realmente nos toque dar el paso final hacia lo que, esta vez sí, será la verdadera digitalización de contenidos. 

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