Oscuro Claro

Últimamente, fruto de una serie de lecturas en torno al copyright y las iniciativas copyleft, vengo dándole vueltas al concepto de derecho de autor que ha terminado derivando en la mercantilización más absoluta de la obra.

Hace tiempo que, en el campo de la literatura, la obra está sometida a la dictadura del best seller. La secuencia es la siguiente:

1. Autor publica un libro de lenguaje sencillo y con una estructura que asuma riesgos mínimos, para que no haya traba alguna que dificulte su lectura o que resulte literariamente demasiado transgresora.

2. La obra tiene un éxito rotundo.

3. Aparecen cientos de autores, entre ellos el mismo creador de la obra (sometido por la editorial que le pide encarecidamente que haga algo exactamente igual, pero sin que sea lo mismo), intentando repetir la misma fórmula que les lleve al éxito.

4. Estas obras se retroalimentan llevando a una homogeneización literaria que elimina por completo cualquier tipo de ejercicio experimental que entrañe el riesgo de no ser leído. Resulta tremendamente complicado encontrar una obra que no repita los mismos patrones que otros miles de libros. Resulta tremendamente complicado entusiasmarse con una novedad editorial.

5. Todos aquéllos que optan por una literatura que se aleje de ese estilo se convierten en outsiders, en marginales literarios, en seres incomprendidos que no parecen ver que lo que hacen no interesa a la gente. Pero lo que el procomún no entiende es que, precisamente, a estos autores no les interesa demasiado el impacto que tenga su obra. Y sin embargo, curioso detalle, cuando uno se encuentra con un autor divergente es el único momento en el que descubre que la literatura no está muerta, que sigue muy viva, pero que la comercialización de las obras la ha dejado de lado por completo.

Por supuesto, esta cosmovisión es una entre muchas, la mía y la que he encontrado después de explorar los dos ámbitos: el de la literatura más comercial (obras de las que apenas recuerdo su nombre) contra la más alternativa (obras que rara vez no me han inculcado algo, y muchas de las veces me han calado hasta lo más hondo de mi pensamiento). A día de hoy, no albergo duda alguna de que lo mejor que le podría pasar a la literatura para asegurar su supervivencia es que la industria del libro desapareciera por completo.

Dudo que eso suceda, pero sí creo que es posible facilitar que los marginales vuelvan a integrarse en la sociedad. Muchos de ellos lo están consiguiendo utilizando una fórmula muy sencilla: eliminando todas aquéllas trabas o impedimentos comerciales innecesarios. Nunca había sido tan fácil poner a disposición de alguien una obra, y, sabiendo de antemano el outsider que su libro no entra dentro del engranaje de lo comercial, no tiene sentido que ponga trabas, siquiera que se preocupe por sus derechos de autor.

El mejor favor que le puede hacer a la literatura es liberar su libro.

¿Por qué razón? Muy sencilla. Creo que, igual que a mi me han influido enormemente, pueden hacerlo con otros muchos lectores. No sé si la literatura marginal puede ser tan masiva como los libros comerciales, pero seguro que sí será capaz de calar en mucha más gente de lo que lo ha hecho hasta ahora.

Los editores y los autores se preguntan por qué la gente lee cada vez menos, cuando lo que sucede es que el lector lleva ya muchos años aburriéndose con todo lo que se publica.

El objetivo debe ser claro: declarar la guerra a lo comercial facilitando al máximo el acceso a la obra. Y eso pasa por la gratuidad.

¿A qué ha venido toda esta disertación?

Pues a que fruto de esa reflexión, y cumpliendo con lo que dicta mi pensamiento, desde hoy toda mi obra (tanto en blogs como en libros) estará disponible bajo una licencia libre. Licencia libre significa que quien lo desee podrá copiar y redistribuir el material en cualquier medio o formato; remezclarlo, transformarlo y crear a partir del mismo; y distribuirlo comercialmente siempre y cuando se utilice la misma licencia.

Se trata de la licencia Creative Commons menos restrictiva, ya que contempla incluso la posibilidad de que alguien se lucre con aquéllo que escribo. Si lo consigue, chapeau por él, amén que estoy convencido de que si alguien lo hiciera yo me vería indirectamente beneficiado por su trabajo.

Así que, aquí y ahora, puedes descargarte gratuitamente mi libro “Emprender en criminología” en su versión en PDF o bien en su versión Mobi (Kindle).

¿Que a pesar de estar disponible gratuitamente quieres aportar tu granito de arena para que el autor siga escribiendo? Pues puedes hacer muchas cosas para quedarte tranquilo: desde comprar la versión impresa del libro, dar tu opinión del libro en Amazon o en Goodreads.

Aunque te aseguro que con que me des las gracias tendré más que suficiente. Bueno, eso y que te leas el libro.

emprenderencriminologiafree

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