Oscuro Claro

El pasado lunes pude disfrutar del nuevo estreno de Pixar, aclamado por la crítica, «Inside Out». Se trata de uno de los filmes más pedagógicos que podremos encontrarnos si queremos entender el funcionamiento y complejidad del mundo de las emociones. La historia se desarrolla dentro de Riley, una niña de 12 años que ve como de repente un cambio de domicilio resquebraja su estado de felicidad permanente hasta entonces. A partir de ahí, observamos como dentro de la niña se albergan 5 seres: Alegría, Tristeza, Asco, Miedo y Enfado. A lo largo de la película podremos asistir a la interacción entre esas cinco emociones y sus respectivas reacciones ante las situaciones de la vida de Riley.

La película consigue exponer brillantemente la complejidad de las emociones, la conjugación entre unas y otras, y la dificultad para controlar los estados emocionales por mucho que nos obcequemos en controlarlos. Creo que la reflexión que propone resulta muy interesante y extrapolable al mundo de la empresa.

Cuando se habla de un clima organizacional saludable y adecuado para los empleados no significa que eso deba convertirse necesariamente en el país de las maravillas. Cuando hablamos también de jefes humanos y de la importancia de empatizar, nos referimos a que lo que es fundamental no es que haya un constante buen rollo en el trabajo, sino que la empresa sea capaz de comprender la fluctuación de estados emocionales de las personas dentro de la organización. Hay profesiones en las que por sus propias características resulta complicado plantear un constante ambiente de felicidad entre los empleados. Un agente de policía que tiene que vivir con frecuencia situaciones de tensión, o un médico que está rodeado de sufrimiento ajeno difícilmente mostrará un estado de alegría constante. En este sentido, lo importante aquí no será que el empleado esté contento, sino más bien que se sienta respaldado. El apoyo sea cual sea la circunstancia en la que se encuentre será lo que el empleado valore, y es ahí donde la empatía entra en juego. Ser capaz de ver lo que necesita en cada momento va en relación con ser capaz de detectar lo que siente, analizar lo que provoca ese sentimiento, y ver si desde la empresa se puede hacer algo para ayudar. En muchas ocasiones nos encontraremos con que no es necesario llevar a cabo ningún tipo de medida más allá que escuchar a la persona, pero en otras, quizá pequeños detalles permitirán que esa sensación de apoyo aumente.

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