Oscuro Claro

Hace unos días anunciábamos el cierre de la comunidad Criminologos.eu. Aunque mantendremos por ahora parte de los servicios que había en ella, lo que era para nosotros nuestra apuesta fundamental desaparecerá a partir del 1 de septiembre. No tenemos miedo a hablar de fracaso desde el momento en el que no se ha conseguido lo que se esperaba: dinamizar una comunidad criminológica amplia dentro de un espacio exclusivo para nosotros.

A pesar del entusiasmo inicial con el que fue acogido, la participación se fue difuminando con el paso de los días. El espacio resultaba demasiado complicado a la hora de navegar, y eso dificultó que hubiera esa conexión esperada. Sin embargo, lejos de buscar excusas reconocemos aquello en lo que nos equivocamos, y aceptamos que podríamos haberlo hecho mucho mejor.

A pesar del tiempo que le hemos dedicado al proyecto, que se empezó a gestar en 2012, y que no ha tenido éxito, no nos arrepentimos en absoluto de las horas invertidas en él. Gracias a este fracaso hemos aprendido muchas cosas que de otro modo no hubiéramos sabido. Nos manejamos por primera vez por escenarios totalmente nuevos para nosotros, y aunque siempre existe el riesgo de tropezar dos veces en la misma piedra, la posibilidad de que eso suceda se ve ostensiblemente reducida tras la experiencia adquirida.

La mejor prueba de ello es que, lejos de desistir en llevar a cabo nuevas iniciativas, nos encontramos igual de motivados, o incluso más que antes, en lanzar nuevos proyectos. Por lo pronto uno de los miembros de Grupo Criminología y Justicia, David Buil, está trabajando árduamente en la elaboración de un libro que recopilará los mejores TFG de toda España durante el último curso, en conjunto con Aroa Ruiz Martínez (SIEC).

Por otra parte, estamos trabajando también en otra iniciativa que se empezará a desvelar a partir del mes de septiembre, y que surge en parte gracias a todo lo aprendido durante la gestación y desarrollo de Criminólogos.eu. Nuestra voluntad sigue siendo la misma: ser capaces de difundir el conocimiento criminológico del mejor modo posible, y a partir de ahí desarrollar diferentes ideas que sean capaces de cumplir con nuestras expectativas. No hay duda alguna que somos amantes obcecados de la creación de contenidos, y eso que nos define lo queremos mejorar día a día. Gracias a los errores que hemos cometido podemos perfeccionar tanto lo que tenemos y a la vez presentar nuevos modelos de divulgación que permitan enriquecer el acceso al conocimiento en nuestra disciplina.

A bote pronto, se me ocurren 5 cosas que he aprendido de haber fracasado en este proyecto:

1. Que la confianza en la gente con la que has trabajado no necesariamente se pierde. Al contrario,  del tiempo en equipo se van sabiendo con mayor profundidad las virtudes y los defectos de cada uno, y eso es importante para saber qué puede dar de sí cada uno en un futuro.

2. Que empezar fuerte no significa ni mucho menos que vayas a arrasar. A veces es mejor una progresión escalada y estable que un inicio con muchas expectativas puestas que triunfa solo los primeros días, ya que puede llevar a sobrevalorar la iniciativa.

3. Que lo que antes te parecía una idea genial puede no serlo tanto visto desde la distancia. Una vez se constata el fracaso es facilísimo identificar los errores. Somos especialistas en dar un diagnóstico, pero no en arreglar los entuertos cuando están ahí. Y así, con todos los proyectos.

4. Que a veces hay que bajarse del burro de lo utópico para alcanzar una meta. Quizá uno de los grandes errores fue esperar mucha participación y implicación de los usuarios cuando la actitud más frecuente es la pasividad. Eso, desde el plano operativo implica que debíamos ser capaces de conducir la conexión entre usuarios de la plataforma en lugar de esperar que hicieran un esfuerzo por entender el funcionamiento. No creo que deba verse esa pasividad como algo negativo, aunque personalmente me gustaría que la participación fuera más activa y que no se redujera a los cuatro de siempre que ya estamos cansados de ver nuestras caras por todas partes. Hay que pensar en cómo hacer para transformar esa pasividad en actividad y aprendizaje, y para ello habrá que trabajar esa parte de soporte al usuario que no se dio como tocaba.

5. Que el sistema Do It Yourself no vale para todo. Un gran error probablemente fue intentar montar una plataforma social por nuestra cuenta a través de WordPress. Ello, lejos de adaptarlo mejor a nuestro propósito, generó una serie de complicaciones a nivel interno que condicionaban mucho la página (incompatibilidades constantes entre plugin, ralentización en el proceso de carga de la página que hacía que la navegación en el sitio se hiciera pesada, dificultad para vincular las herramientas que disponíamos a los usuarios…). Ese cúmulo de problemas implicaba que se tenía que dedicar mucho tiempo a resolver este tipo de cuestiones, y quedaba poco para hacer aquello que deseábamos: crear un vínculo lo más personal posible con cada uno de los usuarios en aras a dar soporte a su trayectoria profesional.

Una nota final. Dentro de ese fracaso general hay una cosa que siempre nos quedará, y es el hecho de haber posibilitado que una persona pudiera acabar trabajando como criminóloga en una empresa gracias a nuestra intermediación (bueno, la realidad es que el mérito fue su buen currículum, nosotros solo mediamos). Que contaran con ella fue una de las noticias que acogimos con mayor entusiasmo, y nos quedamos con que lo que hicimos ayudó a alguien.

Con esa finalidad, seguimos trabajando más y mejor.

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