Oscuro Claro

Ayer me descubrieron un magnífico restaurante situado en pleno epicentro turístico de Mallorca, concretamente en la zona de Can Pastilla, en la Playa de Palma. Se trata de la pizzería-spaguettería Il Gamberetto, un lugar por el que había pasado en infinidad de ocasiones pero que siempre había pensado que estaba abandonado. Con un rótulo desgastado, un mobiliario que probablemente no se ha cambiado en bastantes años y no demasiada preocupación por hacer  que la carta estuviera visible para los transeúntes (incluso una de las cartas que nos dieron estaba cortada por la mitad) y ubicado en mitad de una zona de parking, pocas expectativas podrían esperarse de este local. Sin embargo, hay un detalle que en Mallorca suele significar que estás ante un buen restaurante, sobre todo cuando estás en una zona en la que el alemán es el idioma predominante: que haya mallorquines comiendo en el local. Y este era el caso, ya que independientemente de su aspecto poco llamativo, me atrevería a decir que se trata del mejor lugar para comer pasta en varios kilómetros a la redonda, y de hecho uno de los pocos restaurantes que sigue elaborando su propia pasta casera. Personalmente, como fanático de la pasta y la pizza, nunca había probado nada igual.

Que os explique esta historia viene a cuento de la importancia excesiva que a veces se le da al envoltorio a la hora de promocionar o promover el contenido. Así, el blogger echa horas y horas en buscar la mejor forma de captar la atención del lector y plantea estrategias para que el contenido sea compartido en las redes sociales. Sin embargo, todo ese tiempo que pierde en intentar captar la atención de la gente, es tiempo que podría ocupar en crear contenidos más ricos e interesantes. ¿El resultado? Mucho del contenido que nos encontramos hoy en día en la red es de usar y tirar, perdiéndose entre la fugacidad y el deseo de viralizarse. Sin embargo, en esa aspiración al éxito no se alcanza toda la profundidad que uno podría aportar a la hora de valorar un tema. Lo importante no es escribir 50 posts normalitos y venderlos como geniales: lo importante es escribir 10 artículos muy buenos y elaborados a fuego lento, porque van a ser esos los que llamen la atención de la gente y provoquen que vuelvan a leerte en otra ocasión. Está bien contar una cierta regularidad y mantenerte muy activo promoviendo tu contenido, pero eso no va a ser ni mucho menos lo que genere comunidad: lo que sí lo hará es que lo que expliques cuente con una perspectiva original y relevante.

P.D: Por cierto, la anécdota curiosa es que una familia de alemanes, al entrar en el local y ver el panorama y la calma con la que se lo tomaba el dueño, se marcharon, probablemente a un restaurante donde les ofrecieron pizza congelada y pasta de marca blanca. Ellos se lo perdieron.

P.D 2: Hablando de la relativa importancia del envoltorio, te recomiendo te des un paseo por la página de Facebook de Ugi’s, la pizzería que rompe todas las normas de social media.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Post Relacionados

Artículos de usar y tirar

“He decidido dejar Twitter y Facebook y mi vida es más tranquila. Pero sé que hay estudiantes que miran su…
Suscríbete ahora y recibe el ebook Nadie Debería Trabajar Jamás gratis
¡Lo quiero!
Total
0
Share