De vez en cuando aparecen, casi desde sus orígenes, para soltar su dictamen: Que los blogs están muriendo. Son auténticos gurús que llevan hablando de su muerte desde hace por lo menos tres años. Pero, ¿Dónde hay argumentos que sostengan esta profecía? Ahí van unos cuantos:
1. Los blogs corporativos. 2011 fue el primer año en el que se observó un descenso en el uso de blogs por parte de las Inc.500, que es la lista de las 500 empresas de Estados Unidos que presentan un mayor crecimiento económico. Así, del 50% de empresas que tenían blog en 2010, se bajó al 37%. El blogging venía presentando, desde 2007 (primera vez que se realizó dicho estudio) un aumento progresivo, pasando del 19% en ese año, al 39% en 2008 y el 45% en 2009. Este descenso ha sido una simple redirección y enfoque de las comunicaciones corporativas hacia las redes sociales.
¿El error de este argumento? Pues, básicamente, pensar que la simple creación del blog se puede considerar per se un nacimiento. Un blog necesita gestarse y dinamizarse durante un tiempo razonable, comportando una carga de trabajo considerable, antes de poder hablar con mayúsculas de él. Es decir, habría que ver cómo dinamizaban sus respectivos blogs aquellas corporaciones que decidieron, en un momento dado, sacrificar ese modo de comunicación y centrar sus recursos en las redes sociales. Podemos preveer que muchas de ellas no mantuvieron en ningún momento un nivel de dinamización suficiente como para poder considerarlas como el ente comunicativo de la empresa. Los 140 caracteres de un tweet o los posts de Facebook o LinkedIn son, a nivel de comunicación, bastante más sencillos cuando se pretende generar contenido. En cambio, en un blog no vale con generar “contenido basura”. Debes aportar diferenciales, y que tus aportes sobre la marca o empresa en cuestión se consideren un plus en la relación entre vendedor y consumidor. Muchas de las empresas probablemente no han sabido gestionar ese servicio. Pero ojo, hablamos de un 37% de empresas que, a pesar del boom del Social Media, continúan manteniendo y gestionando sus respectivos blogs. Diría que, con la imponente oferta comunicativa que tienen las empresas en la red, el nivel de blogs sigue siendo alto.
2. «There are a lot of stupid people out there … and stupid people shouldn’t write.» (“Hay mucha gente estúpida ahí fuera…y la gente estúpida no debería escribir”). Jason Calacanis, autor de esta frase tan altisonante y un tanto despótica, viene a decir que entre la cantidad de basura bloguera que existe en la red se hace a veces imposible encontrar algo que tenga contenido que pueda enriquecerte. Discrepo en dos cosas. La primera, que los blogs deban ser, obligatoriamente, lugares donde se genere contenido interesante. El uso que le quiera dar cada bloguero es independiente del número de visitas que te gustaría tener. Los blogs corporativos evidentemente buscaran defender una marca. Otros blogs buscan especializarse en una materia concreta para desarrollarla y convertirse en un referente cuando se discute sobre ella (por ejemplo, este mismo blog cuando se centra en la materia criminológica, que es de la que más hablo). Sin embargo, mucho otros, simplemente, buscan convertirse en una suerte de diario personal en el que explicar aspectos y intimidades que le inquietan. A estos últimos poco les importan tener 10 o 100 visitas. Su blog se convierte en un simple puente a la libertad de expresión. Cada uno le da su utilidad, pero ninguna de las que comentamos es más importante que otra. Y sí, la gente estúpida puede, y debe, escribir y expresar cuanto quiera (dentro de los marcos legales que se establecen por supuesto). Probablemente la proporción de gente estúpida sea equivalente a la que podemos encontrar dentro de los medios de comunicación masivos.
La segunda razón por la que discrepo estriba en la dificultad de encontrar recursos útiles. Difícil era buscar libros en la biblioteca hace 30 años. En cambio, encontrar blogs que valgan la pena me parece mucho más sencillo. Los diferentes sistemas de recomendaciones de webs me parece que funcionan a la perfección. Google Reader te recomienda blogs y webs en función de los feeds a los que estás inscrito. Los mismos blogs suelen tener en su columna derecha un blogroll (el mío lo tenéis bajo el título de Imprescindibles) con listas de blogs interesantes para el autor, y que en muchos casos suelen coincidir con el autor. Del mismo modo, redes sociales como twitter te permiten descubrir, gracias a gente a la que sigues y que tenga las mismas afinidades que tú, nuevos contenidos interesantes. Incluso, es de esperar que el aumento de las ventas de tablets genere automáticamente interés por fuentes secundarias de contenidos. Por cierto, el señor Calacanis lleva dinamizando su blog desde 2003.
3. Los jóvenes optan por otros medios sociales para comunicar sus inquietudes. No está del todo claro. ¿Cómo se explica sino el éxito obtenido por Tumblr entre jóvenes y no tan jóvenes? Tumblr es una herramienta de blogging que, además de desafiar los caducos modelos de propiedad intelectual, dispone un modo de difusión de contenido que alcanza niveles de impacto muy similares a los de cualquier red social. ¿La clave? Además de las especialmente atractivas plantillas y la facilidad de uso de sus herramientas poseen una innovación en el mundo blogging. Basándose en los retweets de twitter y los Likes de Facebook, Tumblr inventó su particular modo de compartir a través de los blogs: El reblog. ¿Qué hacen con ello? Pues que cualquiera que posea un blog en Tumblr puede, al visitar blogs de otros usuarios de Tumblr, reconducir el contenido que crea interesante a su propio blog haciendo click al botón “Rebloguear”. Así, los contenidos se redistribuyen de unos blogs a otros mediante este simple click, haciendo que los blogs estén constantemente dinamizados. Muchos incluso dediquen su Tumblr exclusivamente al reblogging, pero nadie dijo que los blogueros no pudieran dedicarse simplemente a enlazar contenidos que consideren de valor. El bloguero actúa de este modo como agente activo de recomendaciones sobre los lectores. Este sistema, que apareció precisamente cuando se empezaba a hablar de la muerte de los blogs, es una muestra palpable de que lo que requiere en ciertos momentos es la transformación de ciertos aspectos para que el formato siga siendo atractivo, y esté adaptado a los nuevos cambios en la red.
Hablar de la muerte del blog es, a día de hoy, bastante precipitado. Mientras haya contenidos,y plataformas atractivas donde exponer esos contenidos, habrá blogs. El día que mueran, aparecerán todos estos gurús para decir que ellos ya habían avisado sobre su final, y se pondrán las consabidas medallas. Eso sí, con bastantes años de retraso.