Oscuro Claro

Vaya por delante una confesión. Soy un inculto cinéfilo. Piensa en aquella película que consideras imprescindible, que las posibilidades de que no la haya visto serán muy elevadas. No he sido nunca un gran apasionado del cine, y son largas las temporadas que he llegado a pasar sin ver un solo filme. Y no acababa de entender muy bien la razón por la que no había inquietud alguna por ver películas. Sin embargo, nunca es tarde para recuperar el tiempo perdido, y desde el pasado año esa curiosidad por el cine pareció despertar por fin. Curiosidad que se despertó en parte gracias a Cine Ciutat, los antiguos cines Renoir, que ha conseguido subsistir gracias a la gestión que lleva a cabo la propia comunidad de cinéfilos, contando actualmente con 1.300 socios. Sea como fuere, una de las cosas que me llevó a acudir por primera vez a estas salas fue el encontrarme con una cartelera que me resultaba mucho más atractiva que la de las salas de cine más comercial, y además con películas en versión original.

Y quien sabe si por la tranquilidad con la que uno puede ver las películas de cine (por norma general lo que se encuentra es público adulto al ser las películas en versión original), por lo que son capaces de evocar esas salas, o por el simple hecho de que hasta ese momento no había descubierto el cine independiente, he pasado al fin al ser un cinéfilo más. Entendí además que el problema fundamental no era que no me gustara el cine, sino más bien que un tipo de cine, el que se hace en Hollywood, me aburría.

Así que en ese ánimo de recuperar el tiempo perdido apareció el interés por encontrar esas mismas películas que puedo ver en Cine Ciutat para disfrutar de ellas también en casa. Y es ahí donde entra Filmin, plataforma de cine en streaming a la que me suscribí el mes pasado. Antes de decidirme a suscribirme revisé a fondo toda la oferta que existe actualmente en lo que a plataformas de este tipo se refiere. Si bien otras cuentan con un catálogo plagado de películas de renombre, Filmin me resultó mucho más atractiva precisamente porque contaba con películas que difícilmente encuentras en otros sitios (incluyendo Series Yonkis), así que me decidí a probar un mes la experiencia. Y la verdad que no me ha defraudado en absoluto. Tras ver en un mes más de veinte películas (optando principalmente por el género documental) la experiencia es bastante buena.

Filmin consigue ser no solo un portal donde ver cine, sino una comunidad donde navegar por la filmografía de los diferentes directores de cine, donde perderte entre las diferentes y acertadas categorías con las que han organizado su filmoteca (reconozco que me han conquistado definitivamente con la categoría sobre cine de prisiones), y donde dejarte llevar por sus recomendaciones. Se trata de una base de datos de cine muy bien elaborada, clave a la hora de enganchar al usuario.

Uno de los aspectos más llamativos es el de los festivales temáticos de cine online que organizan cada cierto tiempo. En ellos integran un cartel que mezcla películas que estrenan en la plataforma con otras que ya tenían pero que consiguen sacar a relucir de su catálogo gracias al festival. Uno de los riesgos que existe cuando cuentas con una base de películas tan amplia (7.000 obras en catálogo) es que el espectador pueda perder muchas de ellas por el camino, y este tipo de iniciativas llevan a resurgir nuevamente obras que bien valen la pena.

Quizá de las únicas cosas reprochables es que no exista el mismo nivel de detalle con los actores que sí hay con los directores, pues ayudaría aún más a dinamizar la experiencia de navegación en el portal. Sin embargo no dudo que es algo que tienen en mente.

Un último dato anecdótico. Resulta que pago mensualmente por ver cine en Filmin, escuchar música en Spotify y leer libros en Amazon. ¿No será que eso que vendían de que no queremos pagar por los contenidos no es tan cierto como decían?

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