Oscuro Claro

Continuamos desmembrando poco a poco la casuística presentada ayer en torno a la mortalidad en prisión comparada con la total en Estados Unidos, y que nos llevó a observar un curioso fenómeno: que la tasa de mortalidad era, en algunos grupos de edad, significativamente menor en prisión que fuera de ella. Por lo que antes de sacar conclusiones precipitadas, requerimos de una desfragmentación de factores y variables para comprender mejor las razones que llevan a esas sorprendentes cifras.

Por lo pronto, empezaremos considerando cada una de las causas de mortalidad para compararlas por separado. Ello nos puede servir para identificar si este diferencial en las ratios presentadas está provocado por un tipo de mortalidad o si bien nos encontramos con idéntica situación en todos y cada uno de los factores de muerte en Estados Unidos.

La siguiente tabla representa uno de los problemas universales de las prisiones : la droga. Es difícil pensar en una cárcel donde la droga no haga acto de presencia, y en tanto que su existencia es palpable, sus consecuencias en un centro penitenciario se acaban plasmando. Es consabido que gran parte de los presos llevan consigo algún tipo de adicción que ya sea directa o indirectamente le ha llevado a cometer un delito, por lo que la lucha contra la erradicación del tráfico y el consumo de droga es una batalla constante en todas las prisiones. Aunque ninguna prisión consigue apagar del todo el movimiento de droga dentro de las cárceles, sí que existe un mayor control en unos países que en otros, conscientes de que está en juego la salud de las personas y la convivencia dentro del centro penitenciario.  

Estados Unidos no es una excepción: Más de la mitad de los encarcelados presentan algun tipo de historial de consumo o abuso de drogas/alcohol. Una cuarta parte de los consumidores de heroína del pais se encuentran en prisión. Son datos que hablan con suficiencia de lo importante que es focalizar la droga como un problema para las prisiones.

 

Tasa de mortalidad en prisión comparada con total en Estados Unidos causada por drogas/alcohol (por cada 100.000 habitantes)

 

Fuente: Elaboración propia a partir de datos tomados del Centers for Disease Control and Prevention, National Center for Health Statistics. Underlying Cause of Death 1999-2008 on CDC WONDER Online Database, 2011 sobre tasa de mortalidad en Estados Unidos, cuyos datos extraídos comprenden el periodo 2001-2008 ; y el estudio elaborado por la Bureau of Justice Statistics bajo el título Prison and Jail Deaths in Custody, 2000-2009 – Statistical Tables , cuyo periodo de estudio comprende los años 2001 a 2009 y recogida por la Deaths in Custody Reporting Program (DCRP)

*A partir de los 55 años el estudio sobre mortalidad en prisión deja de dividirse en grupos de edad de 10 años, por lo que resulta difícil comparar dicha cifra con las extraídas de los datos del CDC, que sí respetan dicha división. De ahí que se haya optado por prescindir de la cifra. 

** Las muertes en prisión no tienen en cuenta las ejecuciones por pena de muerte que lleva a cabo Estados Unidos. Si queréis tener algunos datos de interés podéis consultar el post Cinco datos sobre la pena de muerte (en E.E.U.U)

*** El calculo de la ratio de mortalidad total se ha realizado partiendo de un nivel de confianza del 95%

 

La pregunta que queremos contestar a través de la tabla es: ¿Existe relación entre mortalidad por drogas/alcohol y prisión? 

Todo parece indicarnos, si echamos un vistazo a las cifras, que existe una correlación entre estancia en centro penitenciario y muerte por drogas/alcohol. Nos encontramos con que la tasa de mortalidad es mucho más baja cuando la persona se encuentra en un centro penitenciario, sobretodo cuando se trata de una prisión estatal. Incluso podemos observar un aumento proporcional de la mortalidad si tenemos en cuenta el régimen en que se encuentra (ver gráfica): A mayor libertad, más posibilidades de morir como consecuencia del abuso o consumo de drogas o alcohol. Deja patente que el control de las adicciones en las cárceles norteamericanas supone un impacto positivo en la mortalidad de las personas por esta causa, con unas ratios de mortalidad en todas las edades de 5 a 7 veces menor que la mortalidad en la población global. Cuando echamos un vistazo a las prisiones locales observamos que las cifras tambien son más bajas, aunque la diferencia no está tan agudizada.  

Parece contraintuitivo pensar que en un ambiente en el que la droga late con fuerza pueda reducir su impacto negativo a unos niveles tan altos. Sin embargo, una pequeña reflexión sobre el fenómeno nos lleva a comprender las razones de que las ratios de mortalidad sean tan bajas. Y es que al focalizar el problema de las adicciones en prisión, la lucha continua por su erradicación dentro de los centros, unida a las terapias de tratamiento de drogodependencias a presos contribuyen a una reducción sustancial de problemas de salud que podrían derivarse. En el sentido contrario, nos encontramos con un grupo de población (el conjunto de norteamericanos) con adicciones a las drogas y/o el alcohol pero que, al no identificar este hecho como problema que debe tratarse,o incluso por no disponer de las herramientas necesarias para reconducir su drogodependencia, continúan agravando su situación, provocando una ratio considerable de muertes por esta causa. Al no reconocerse y atacarse el problema, se derivan en mayor proporción sus consecuencias negativas. Es bastante sintomático el hecho de que ya se produzca una reducción en la mortalidad por drogas/alcohol en las prisiones locales, donde ya existen tratamientos de drogadicción para algunos de los condenados. 

 

Finalmente, podemos concluir que el fenómeno contemplado de inicio (a saber, que la tasa de mortalidad en prisión era menor que fuera de ella) y por el que venimos desmembrando la mortalidad en prisión se cumple a rajatabla cuando la causa es la droga. Ello nos habilita a plantear una primera conclusión provisional, que revisaremos una vez finalizado todo el proceso de análisis: que el mayor control y focalización de las adicciones como problema en las prisiones ayuda a reducir el impacto sobre la mortalidad de las personas por dicha causa. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Post Relacionados
Suscríbete ahora y recibe el ebook Nadie Debería Trabajar Jamás gratis
¡Lo quiero!
Total
0
Share