El pasado jueves tuve el placer de conocer a Carlota Barrios, probablemente una de las criminólogas más activas de este último año, que se ha convertido además en colaboradora habitual de Criminología y Justicia con artículos que han tenido bastante impacto.
Durante los últimos días le ha tocado vivir de pleno la cobertura de los medios en el caso del pederasta de Ciudad Lineal debido a que vive en su mismo barrio, manifestando su indignación por el modo con el que una vez más se trataba un suceso como este. A saber: mención a estadísticas sin fundamento, teorías del crimen sin ningún fundamento empírico, cobertura informativa que tiene como fin principal el morbo…
Por esa indignación manifiesta, me comentó su intención de canalizar esa denuncia a través de la prensa, escribiendo cartas al director que enviaría a los diferentes medios.
Dicho y hecho, un día más tarde llevaba a cabo su iniciativa, y su éxito no se ha hecho esperar: de los 10 medios a los que envió la carta, 3 ya se lo han publicado, en concreto ABC, La Vanguardia y El Periódico.
La indignación de Carlota dio pie a una estrategia para difundir al máximo su denuncia, que queda claro que funcionó a la perfección.
¿Por qué he querido exponer el caso de Carlota? Pues porque ha ido un paso más allá de la queja, no ha sido un simple desahogo sino que ha buscado el mejor modo de conseguir su objetivo. Y esto es algo que debemos tener claro: quejarse en Facebook (o cualquier otra red social) , por sí solo, no servirá de nada. Hace falta una propuesta o estrategia detrás que parta con el objetivo de cambiar lo que se denuncia. Las redes sociales pueden sernos muy útiles, pero no serán nunca suficientes para ser escuchados como deseamos si no las acompañamos de otros mecanismos o propuestas originales.
¿Cuántos habian hecho lo mismo que Carlota hasta ahora? Probablemente se puedan contar con los dedos de una mano. En cambio ¿cuántos nos hemos quejado de lo mismo sin hacer nada para que eso cambie?
Seamos estrategas y hagamos todo lo posible para que nuestras quejas se canalicen en acciones concretas que generen una reacción que nos favorezca. Ese es el único camino que nos llevará a alguna parte.
Como estoy muy «gifero» últimamente, este es más o menos el efecto que suele tener una queja en Facebook
P.D: Abusando de mi poder, voy a spoilear que el próximo artículo de Carlota guarda mucha relación con lo dicho anteriormente, pero mejor explicado y mucho más pedagógico.