Tirando de infografías de Good una vez más. En esta ocasión, para presentar las poblaciones de Estados Unidos con mayores tasas de condenas por corrupción. Las cifras se computan desde el año 1976 a 2010, calculando la tasa de cargos públicos condenados por cada 10.000 habitantes. Los resultados reflejan al distrito de Columbia como la población con mayor ratio de condenas por corrupción, con mucha diferencia. El último escándalo que ensucia el nombre del Distrito de Columbia ha provocado que dos concejales cesaran de sus cargos, acusados de fraude y malversación de fondos y su presidente, Vingent G. Gray está siendo actualmente investigado por presunta financiación irregular de la campaña electoral, nepotismo y sobresueldos a funcionarios afines. De todos modos, no nos confundamos: puede que dicha cifra sea resultante de una efectiva lucha contra la corrupción, y que otros gobiernos que abusan más del heraldo público no queden delatados por la escasa o nula persecución que pueda sufrir el saqueo a los entes públicos por parte del sistema judicial. Cuando un pueblo está corrupto, todas las instituciones tienden a mancharse, y la justicia es a veces cómplice a la hora de no tirar de la manta.
¿Cómo estaría la clasificación en España? Viendo el panorama es difícil decirlo, ya que candidatos a tan deshonorable premio hay para todos los gustos: Andalucía y las prejubilaciones anticipadas del ERE gate, además de ser la principal raíz de la trama urbanística conocida como caso Malaya; o quizás sea la Comunitat Valenciana, gracias a los gürteles que calaron en todo el entramado institucional, empezando por su presidente;o alomejor quien merece mención especial es Balears (sic), con el ex presidente Matas ya condenado (aunque aún quedan la mayor parte de piezas del caso por enjuiciar), y capaz de haber mantenido en el poder durante varios años al partido más corrupto de España haciendo y deshaciendo a gusto de sus amiguetes y familiares. Algo que, desgraciadamente, es la tónica general en las islas: si quieres obtener un puesto de trabajo, afíliate al partido político en el poder de turno.
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