Oscuro Claro

El otro día mi hermana me contaba lo que le costaba explicarle a la gente a qué me dedicaba exactamente. Al final, acaba diciendo que tengo una página de criminología por ahí y que me paso muchas horas delante del ordenador, lo cual no es desacertado del todo. Yo mismo, a veces, para no complicarme la vida, digo simplemente que soy tutor del grado de criminología en la UOC para no liar demasiado la cosa, aunque esa parte ocupe tan solo una pequeña parte de mi tiempo. En otras ocasiones digo genéricamente que soy criminólogo, aspecto que no define tampoco del todo qué es lo que hago, y que suele derivar la conversación en un cúmulo de aclaraciones en torno a lo que significa ser criminólogo.

Pero como digo, definirme exclusivamente como criminólogo no es en realidad del todo correcto, pues en la actualidad no se puede decir que sea ni mucho menos la única disciplina de la que me nutro. Así, por ejemplo, la habilidad para saber redactar textos complejos la aprendí estudiando filosofía, aunque luego la aplique a textos criminológicos principalmente. Del mismo modo, para poder poner en marcha Criminología y Justicia antes hizo falta que tuviera nociones básicas de diseño web. De hecho, todavía me sorprendo cuando me veo metido de lleno modificando código en alguna de las páginas, y curiosamente sobre este aspecto me suelen preguntar a menudo.

Además, procuro aplicar en todos los proyectos parte de lo aprendido en los seis meses dentro de Yuzz, concurso de jóvenes emprendedores, donde recibí formación empresarial que he podido aplicar a posteriori.

Pero no solo eso. Por el camino he aprendido también de manera autodidacta a maquetar y publicar libros, por lo que se une también la faceta de editor amateur. Y por si no había suficiente con todo lo anterior, en el último año me he centrado en el ámbito de la relación entre empresa-clima laboral-conflicto-comportamiento antisocial, donde bebo de multitud de ramas.

Si añadimos finalmente mi condición de bloguero con más de 500 posts publicados entre 2012 y 2015, tenemos un combo total. Lógico que mi hermana no pueda explicar del todo lo que hago.

La fórmula queda tal que así:

Criminólogo + Filósofo + Blogger + Diseñador Web + Comunicador + Formador + Editor + Emprendedor de pacotilla – Procrastinador – Dormilón 

Total, que resulta complicado que pueda definir única y exclusivamente mi dedicación como la de criminólogo, pues para ello requiero de otras muchas habilidades aprendidas que también deben apreciarse por igual. Ya sea aprendida de manera autodidacta o a través de la formación universitaria o alternativa, es gracias al conjunto de todas esas facetas que hago lo que hago, y creo que definirme desde una sola rama sería injusto para las otras. Lo que deja a las claras es que en realidad  es complicado hablar de un concepto de «criminólogo puro», y que debemos plantear que dentro de ese término de lo que debiera ser un criminólogo existen muchas aristas que también resultan igual de valiosas, desde el momento en que se aplica parte de lo desarrollado durante la carrera. Lo que interesa, en realidad, es que podamos aplicar las competencias adquiridas de un modo que nos resulte satisfactorio a nosotros, y no enclaustrarnos en un hipotético/utópico tótem criminológico.

En mi caso, he optado por autodefinir lo que hago en la actualidad como «Análisis de entornos laborales y riesgo de conflicto en la empresa» ¿Qué es una definición que me he sacado de la manga? Sí. ¿Que define mejor lo que hago a decir simplemente que soy criminólogo? Por supuesto. El objetivo es ser capaz de que se entienda en un par de frases y con el mayor detalle posible a qué me dedico, y creo que dentro de lo posible esa aspiración se cumple. Si le digo a alguien que me dedico a temas de entornos laborales es evidente que lo asociará con trabajo. Si además añado lo de conflicto en la empresa, sobreentenderá que me dedico a estudiar problemas dentro de las organizaciones. En cambio, si le digo que soy criminólogo, es más que dudoso que lo asocie con algo de lo anterior.

Y tú ¿Cómo te defines?

2 comentarios
  1. Estimado… José.

    He leído tu artículo con todo lujo de detalles y la verdad no sé por donde empezar.
    Antes de nada me presento, soy de los que empezó en la Criminología cuando se hacía en un Máster, luego tuve que hacerme tres años y posteriormente la licenciatura de segundo ciclo para poder decir que tenía una licenciatura.

    Veo tu corta experiencia, y la vehemencia con la que te permites hablar y la verdad me asusta, sinceramente.

    No entiendo como puedes decir que eres, por ejemplo, diseñador web, cuando tu web carece de toda usabilidad posible, has instalado un CMS, le has aplicado un theme, algunos plugins totalmente caducados algunos de ellos y listo ¿A esto se le llama ser diseñador web?

    ¿Editor? Perdona pero «maquetar» un libro de esa manera y publicarlo en Amazon, no te convierte en editor.

    – ¿Filósofo? El hecho de que cuelgues tus pensamientos por aquí, o por otras webs, y tengas la cualidad de pararte y ponerte a pensar, no te hace ser filósofo.

    – Blogger: Habría que ver el nº de visitas que recibes y los KPIs que has cumplido para observar que de verdad está sirviendo tu experiencia en la web, pero sí, es de las pocas que veo que cumples.

    – Emprendedor de pacotilla: Muy buena forma de definirse, como buen blogger que eres, sabes perfectamente que la repercusión de lo que escribes y comentas puede llegar a personas que nunca te imaginarias, y el problema de eso, es que esa persona puede ser un profesional que esté interesado en contratarte, y al ver que dos de tus cualidades son Emprendedor de pacotilla y dormilón…

    En fin, espero que el futuro de la Criminología en España lo escriban otras personas con dos dedos de frente y no personas que están un poco vacías y se permiten el lujo de apoderarse características de forma tan prematura.

    Saludos criminológicos.

    1. ¡Toma ya!

      Menudo correctivo me has dado Manuel,

      Confieso que este comentario me ha pillado por sorpresa. Entiendo que cuando hago algún post ácido (que hay unos cuantos) exista ofensa por lo que comento, pero no era mi intención en este caso. Así que más que hacer una contrarréplica, lo que intentaré es verlo desde tu perspectiva.

      Diseñador web: Debo reconocerte que realmente suena pretencioso por mi parte. Aspirar a diseñar una web totalmente desde cero por mi parte es inviable. Por eso, quizá ahí tendría que haber usado algo así como “Creador de páginas web”, pero me chirría aún más que lo anterior. Sin embargo, no puedo decir que no me dedique a diseñar webs, aunque la parte del trabajo de crear una plantilla no esté presente.

      Editor: La faceta de editor va referida a los diferentes libros publicados en Criminología y Justicia, que se acercan a una veintena. Considéralo autoedición, edición amateur o como prefieras considerarlo, pero ese trabajo de edición existe y, aunque sea con nuestras limitaciones, lo tenemos que hacer si queremos publicar las obras. No somos los mejores maquetadores del mundo, pero lo hacemos con la voluntad de difundir obras que de otro modo no saldrían a la calle. Por ello, no se me ocurre otro calificativo, pero se aceptan recomendaciones.

      Filósofo: Hombre, entiendo que Hegel me da 300 collejas como filósofo. Sin embargo, como comento en el post, es gracias a la licenciatura de filosofía que aprendí a leer y redactar textos complejos, y por eso lo incluyo aquí. De todos modo, mi pregunta es ¿Qué te hace filósofo? [Sé que esto da para una tesis]

      Blogger: Aquí discrepo. Básicamente, porque tener 10 visitas o 1 millón no te hace más o menos merecedor de ese calificativo. El blogger se define como aquella persona que publica contenido sobre los temas que le apasionan, pero independientemente de que lo que comparta tenga más o menos impacto. Personalmente no me puedo quejar de la presencia que tiene mi blog actualmente, pero para mí sería igual de importante incluso aunque solo lo leyera mi abuela.

      Emprendedor de pacotilla: Si mi única preocupación cuando escribo fuera pensar en lo que dirá de mí un cliente potencial, no escribiría nada, y además los posts serían un auténtico coñazo. No hay nada más aburrido que lo políticamente correcto. Pero como precisamente lo que valoro de escribir es poder hacerlo en libertad, digo básicamente lo que pienso, y me muestro tal y como soy, con defectos incluidos. Esto, al contrario de lo que pudiera parecer, curiosamente ha tenido un efecto positivo, quizá porque todos, a pesar de que nuestro CV lo omita, tenemos defectos, y una empresa los va a conocer más temprano que tarde. Pero lo importante es que las virtudes que podamos tener puedan ser tan valiosas que se nos tenga en cuenta a pesar de los defectos mencionados (por cierto, te dejas el de procrastinar, defecto del que me siento más que orgulloso).

      Y un último punto: el futuro de la criminología en España no lo escribe una sola persona. Lo que yo haga ocupa una insignificante parte de lo que ha hecho y hará el colectivo de criminólogos en los próximos años. Yo lo haré mejor o peor, pero no dependerá de mí que lo que haga tenga un valor social, sino de lo que considere la gente. Por eso creo que no debes preocuparte.

      Recibe un afectuoso saludo

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