Hace unas semanas llamaba la atención a Emagister, grupo dedicado a la formación, sobre las imágenes que estaban utilizando para promocionar el grado en Criminología de la UDIMA. Dichas fotografías, como podréis intuir, estaban más relacionadas con la criminalística que con la criminología, y por eso les puse sobre aviso. Respondieron amablemente a la crítica y prometieron corregir el error.
Ayer, mientras navegaba con el móvil me encontré nuevamente con la noticia patrocinada del grado de Criminología, pero esta vez pude comprobar que habían cambiado las imágenes de escenas del crimen por otras donde los libros estaban presentes.
Aplaudo ese cambio enormemente porque soy consciente que el uso de imágenes algo más morbosas o que confundan criminología con criminalística quizá les trajeran más éxito, pero han apostado por ofrecer una visión más cercana a la realidad. Y, por si no fuera suficiente, se han animado también un artículo en su blog para mostrar la diferencia existente entre criminología y criminalística. Punto positivo para ellos.
Por otro lado, esta semana he podido ver también cómo dos proyectos privados, DACRIM y Proteus Intelligent Security, parecen avanzar por buen camino. DACRIM es el primer despacho criminológico de Madrid, y aunque todavía no nos puedan adelantar parte del trabajo que están realizando, sí han transmitido su entusiasmo por las buenas perspectivas que están encontrando en el desarrollo de su proyecto. Por cierto, me ha encantado su folleto de propaganda, que además contiene un discurso integrador que ya me gustaría ver en algunos políticos.
Del mismo modo, Proteus Intelligent Security, creadores de Krimtrak y con base en Barcelona, han abierto recientemente su página web, donde se presentan como “startup dedicada al estudio de la seguridad desde un enfoque de innovación tecnológica”. El grupo, del que forman parte algunos criminólogos (entre los que se encuentra Guillermo González, compañero de andaduras en Criminología y Justicia) lleva ya un tiempo trabajando en la puesta en marcha de su startup, y no tengo duda alguna de que van a llegar muy lejos si quieren.
Sea como fuere, estoy convencido de que nada de lo anterior obedece a factores casuales. Que estén surgiendo iniciativas empresariales es algo que hasta ahora habíamos observado a cuentagotas. Del mismo modo, raro era ver que hubiera un mínimo de rigor a la hora de vender la criminología por parte de empresas privadas, pero Emagister ha demostrado que se puede promocionar la criminología sin necesidad de inducir a error.
Las cosas cambian, y parece que para bien.