Oscuro Claro

¿Sabéis qué es la tríada oscura? No, no se trata del último grupo emergente de heavy-metal  español, ni tampoco es el nombre del último reportaje de Íker Jiménez sobre espíritus malignos que te mueven los jarrones de la casa.

La tríada oscura de la personalidad es conocida en psicología como el grupo de rasgos de personalidad que connotan una serie de cualidades socialmente negativas, a saber: el narcisismo, la psicopatía, y el maquiavelismo.

En el caso que nos importa hoy nos centraremos en el campo del maquiavelismo. Para los aficionados a la filosofía política os resultará más que familiar el nombre de Maquiavelo, conocido por promover en su obra política el pragmatismo y la eficacia por encima de la moralidad, y que se resume en el archiconocido “El fin justifica los medios” (si bien dicha frase no está en realidad probada que fuera suya).

Partiendo de esa base, Christie, R. & Geis, F. (1970) desarrollaron una serie de rasgos de personalidad prototípicos partiendo de las teorías de Maquiavelo y que les llevaron a observar la existencia de personas que se amoldaban a ese tipo de comportamiento, descritas básicamente como:

  • Personas manipuladores y con tendencia a abusar de los demás
  • Muestran un desprecio cínico por la moralidad
  • Focalizan sus acciones hacia el interés propio, acudiendo al engaño si es necesario

Para detectar este tipo de personalidades crearon el test Mach-IV, test que a día de hoy sigue siendo utilizado como instrumento.

Irena, P., & Elżbieta, T. (2015) exploraron recientemente en un estudio realizado a un grupo de trabajadores polacos la relación existente entre el maquiavelismo y el acoso laboral, llegando a conclusiones que resultaron más que interesantes. En él, observaron una clara correlación entre los acosadores y un índice Mach alto. Además, dentro del estudio, y partiendo de las bases de Aquino y Lamertz (2004) Andreou (2004) y Hauge (2009), optaron por subdividir en cuatro grupos a los agentes implicados en una situación de acoso laboral:

  • Víctimas: Individuos que nunca han sido agresores.
  • Acosadores: Perpetradores de violencia que nunca han experimentado violencia sobre ellos.
  • Acosador-Acosado: Perpetradores de violencia que a la vez también la han sufrido en alguna ocasión
  • Individuos no implicados en casos de acoso

Partiendo de dicha división, los resultados mostraron una diferencia significativa en los índices de maquiavelismo entre los acosadores y los que no han estado implicados ni como agresores ni como víctimas. Los acosadores-acosados también reportaron unos niveles de maquiavelismo mayores que las víctimas y los individuos no implicados en situaciones de acoso.

Dichos resultados nos permiten discernir que existen una serie de rasgos que aumentan tanto el riesgo de ser víctima como la posibilidad de ser agresor. Hay que tener en cuenta que este tipo de rasgos por sí mismos no necesariamente dan lugar a conductas violentas, y se fomentan o inhiben en función del tipo de organización en la que uno se encuentre, tal y como vimos, por ejemplo, en los casos de organizaciones lideradas por personas con rasgos de psicopatía.

También nos permite desprender hasta qué punto la ausencia de valores éticos, tanto en una organización como en los individuos, son un factor que determina enormemente el entorno laboral en el que se trabaja. No debemos olvidar también otros aspectos como la competitividad (un ambiente de lucha por los puestos de trabajo no fomenta la cohesión, y facilita la potenciación de las personalidades con menos escrúpulos) o la concepción jerárquica de las organizaciones, puntos que también se revisan en el estudio.

Así, cuando la se tiene en cuenta la interacción entre cultura jerárquica y maquiavelismo se observa una relación de coexistencia. Una cultura jerárquica basa su actitud no tanto en el valor de la acción como en la posición del individuo. A mayor sumisión a los superiores, mayores posibilidades existen de que las conductas de acoso laboral se permitan por parte de los empleados.

Cuídate bien de trabajar con personas competitivas y inmorales, porque el día menos pensado te clavan el puñal.

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